Blogia

El posible "as en la manga" del Movimiento 15-M

"Para presentar candidaturas, las agrupaciones de electores necesitarán, al menos, la firma del 1 % de los inscritos en el censo electoral de la circunscripción. Los partidos, federaciones o coaliciones que no hubieran obtenido representación en ninguna de las Cámaras en la anterior convocatoria de elecciones necesitarán la firma, al menos, del 0,1 % de los electores inscritos en el censo electoral de la circunscripción por la que pretendan su elección. Ningún elector podrá prestar su firma a más de una candidatura."

Este párrafo es el gran escollo de los ’indignados’. Por lo menos de aquellos que sueñan con atomizar el arco parlamentario dando cabida a pequeños partidos que romperían el bipartidismo actual. Se trata del artículo 169 de la nueva ley electoral —para aquellos que tengan prisa se puede ir directamente hasta la página 9517 . Un artículo que impone unas nuevas directrices pactadas, cómo no, por los partidos que se benefician de representación en el Congreso.


Aplicando estas reglas a los próximos comicios nos encontramos con que el 90% de las coaliciones que concurrieron a las elecciones en 2008 no podrían hacerlo el 20-N a menos que antes recojan las firmas del 0,1% de los electores inscritos en el censo. Mirando el otro lado de la balanza vemos que el 10% de los partidos sí podrían hacerlo. Y no hace falta ningún análisis sesudo para saber cuáles son esos partidos: PP, PSOE, IU, UPyD, CiU, PNV, CC… vamos, los de siempre.


Esta nueva ’herramienta’ choca frontalmente con la apuesta por la pluralidad, las listas abiertas, los escaños proporcionales al número de votos… etc, por las que clama parte de la sociedad . Lo curioso es que para una vez que los principales partidos se ponen de acuerdo en algo no lo publicitan. De hecho lo silencian, no vaya a ser que la gente se entere de su apaño. Y además se publicó en el BOE —que ya de por sí no es una de las publicaciones de mayor audiencia en España- un sábado, cuando la mayoría de la ciudadanía trata de coger aire fresco y recargar pilas.


Algunas asambleas de ’indignados’ han planteado la posibilidad de recurrir esta Ley. Pero ya se sabe que ’hecha la ley, hecha la trampa’. Para poder impugnar la ley ante el Tribunal Constitucional se precisa del apoyo de una parte importante de los parlamentarios electos lo que significa contar con el apoyo de quienes han aprobado la Ley. Así que por ahí hay poco que hacer.


La solución pasaría por aprovechar la cita con las urnas del próximo 20-N para introducir una serie de referéndums, al estilo de California con la legalización de la marihuana o la legalidad de los matrimonios gays, abiertos a todos los electores. De no ser así es más que probable que quienes voten a partidos alternativos acabarán viendo como su voto va literalmente a la papelera de reciclaje.

0 comentarios